Existen diversas maneras de lograr que un tomate madure, y todo empieza por acelerar inicialmente el proceso de maduración en su exterior utilizando algunas técnicas sencillas. No obstante, ¿qué ocurre si las bajas temperaturas representan una amenaza para tu cosecha en un futuro cercano? En este caso, es importante aprender a inducir la maduración interna de los tomates y seleccionar cuidadosamente las frutas adecuadas para este propósito. Es importante destacar que no todos los tomates verdes son aptos para este proceso.
Trucos para madurar los tomates rápidamente
1- Pellizca la parte superior de la tomatera
Si nos encontramos a solo unas semanas de la primera helada y aún observamos una considerable cantidad de tomates verdes en las ramas de la planta, la estrategia más efectiva para estimular una maduración más rápida consiste en llevar a cabo la acción de “pellizcar” o cortar la parte superior de la planta de tomate.
Esta acción se concreta al retirar la punta del tallo principal por encima de la flor superior, lo cual impide que la planta continúe su crecimiento y la producción de más flores.
Además, es recomendable eliminar las frutas verdes que aún no han alcanzado su tamaño maduro. Al evitar que la planta invierta recursos en el desarrollo de frutos inmaduros hasta su tamaño completo, permitimos que canalice su energía hacia la maduración de los frutos que ya ha producido.
Cabe destacar que algunos estudios han demostrado que la reducción de la cantidad de frutos no solo acelera el proceso de maduración, sino que también mejora el tamaño, sabor y contenido nutricional de la cosecha. Esto resulta beneficioso para todos los involucrados.
2- Apuesta por el estrés de la tomatera
Una manera simple de acelerar el proceso de maduración de los tomates es provocar estrés en las plantas.
Cuando las plantas de tomate perciben una amenaza para su supervivencia, activan un mecanismo que acelera la maduración de sus frutos, con el propósito de producir semillas y asegurar la continuación de la especie.
Para inducir este estrés, puedes reducir gradualmente la cantidad de agua que proporcionas a las plantas durante un período de tres semanas. Es importante realizar este proceso de manera progresiva para que las plantas se adapten y no sufran un estrés excesivo desde el principio, lo cual podría dar lugar a problemas como la pudrición de los extremos de las flores, frutos agrietados o partidos.
Esta estrategia de retener deliberadamente agua guarda similitudes con una técnica de cultivo conocida como agricultura de secano, que se emplea en la agricultura comercial para mejorar la calidad del sabor de los productos.
Si bien los tomates obtenidos mediante este método suelen ser más pequeños en comparación con aquellos que se dejan madurar en la planta en condiciones normales, la restricción controlada del riego aumenta el contenido de azúcar y otros compuestos de sabor en los frutos, resultando en tomates con un sabor más dulce y rico.
3- Realiza una poda de las raíces
Otra técnica sencilla para inducir este estrés es mediante la poda de las raíces, la cual interrumpe el ciclo de crecimiento de la planta. Esta práctica particular dificulta la absorción de agua por parte de la planta y envía señales de emergencia que la instan a madurar rápidamente los tomates que ha producido.
Para llevar a cabo esta acción, simplemente introduce una pala en el suelo a una profundidad de 6 a 8 pulgadas, ubicada aproximadamente a una distancia de 1 pie del tallo principal de la planta, y continúa excavando alrededor de la misma. Esto tendrá como resultado el corte de las raíces más externas, poniendo a la planta en un estado de supervivencia y forzándola a madurar más rápido de lo que lo haría de otra manera.
Por lo general, el momento más adecuado para realizar la poda de raíces en una planta de tomate es después de que se hayan formado los primeros racimos de frutos, pero justo antes de que comiencen a madurar.
Personalmente, suelo llevar a cabo esta práctica tres o cuatro semanas antes de la llegada de la primera helada en mi zona, aunque el momento puede variar según el jardín y las condiciones climáticas locales.
4- Madura los tomates en el interior con un poco de cáscara de manzana
Una manera simple de acelerar el proceso de maduración de los tomates es someterlos a condiciones de estrés controlado.
Supongamos que te encuentras en una situación en la que una inesperada helada temprana te obliga a trasladar todos los tomates verdes al interior. En este caso, puedes fomentar su maduración colocándolos en bolsas de papel marrón de manera individual o en capas separadas (no apilados uno encima del otro). Además, es beneficioso añadir una pequeña cantidad de cáscara de manzana fresca en el interior de las bolsas.
Esto se debe a que las manzanas liberan una notable cantidad de etileno, un gas incoloro e inodoro que se produce de manera natural. El etileno es conocido por su capacidad para ablandar la pulpa de los frutos y aumentar su contenido de azúcar, lo que favorece el proceso de maduración.
Con la presencia del etileno, los tomates verdes deberían madurar en aproximadamente una semana, en contraste con las dos semanas que normalmente requerirían para alcanzar la madurez cuando se encuentran en estado verde.