Hay varias posibles razones por las que tus geranios pueden estar siendo comidos:
- Plagas de insectos: los geranios pueden ser víctimas de plagas de insectos como ácaros, pulgones, trips y orugas. Estos insectos se alimentan de las hojas, las flores y el tallo de la planta, lo que puede debilitarla y hacer que pierda su belleza y vigor.
- Roedores: algunos roedores, como los ratones y las ratas, pueden ser atraídos por los geranios y morder sus hojas y tallos. Si sospechas que hay roedores cerca de tus plantas, es importante tomar medidas para controlarlos.
- Daños por viento: si tus geranios están ubicados en un lugar expuesto al viento, las hojas y los tallos pueden ser dañados por la fricción y la acción del viento. Esto puede debilitar la planta y hacer que sea más vulnerable a las plagas y enfermedades.
- Falta de nutrientes: si los geranios no reciben suficientes nutrientes, pueden debilitarse y ser más susceptibles a las plagas y enfermedades. Asegúrate de fertilizar tus plantas regularmente y seguir las recomendaciones de fertilización para tus geranios.
Es importante identificar la causa del problema para poder tomar medidas adecuadas para controlar las plagas o proteger las plantas del viento o de otros factores ambientales. También es recomendable inspeccionar regularmente tus geranios para detectar cualquier signo de plagas o daños y tomar medidas de inmediato para evitar que el problema se propague.