Tenemos que tener en cuenta que los árboles como las personas necesitan absorber agua, pero esta debe ser suministrada en cantidad adecuadas, ya que si regamos los árboles con excesiva agua nos podría suceder lo siguiente:
Las raíces no crezcan hacia bajo: si a un árbol le damos mucha agua, el mismo no tendrá la obligación de buscar en el fondo el agua que necesita, por lo que desarrollará sus raíces en la parte superior, es decir, que no profundizará las raíces. Esto hace, que en caso de que haya una sequía o por cualquier motivo no podamos regar los árboles estos tengan problemas a la hora de recoger el agua, ya que no tienen sus raíces hacia el fondo.
Pudrición de las raíces: si a un árbol le regamos con mucha agua en periodos de tiempo prolongados lo que estaremos haciendo es asfixiar las raíces y con ello pudriendo las, lo que quiere decir que de seguir así el árbol terminaría por morir.
Además tenemos que tener en cuenta, que con un riego excesivo en los árboles el gasto de agua es muy elevado, por lo que lo notaremos en la factura del agua.
Por este motivo, se recomienda un riego de los árboles adecuado.